MasterChef es un programa que se ha ganado el corazón de muchos espectadores. Esta novena edición empezó con muchas emociones y uno de los concursantes en particular se ganó el corazón de todos en su noche de estreno. Sin embargo, su experiencia en el programa ha sido agridulce. Ayer fue el segundo programa y un fallo muy pequeño hizo que su paso por él acabase. José María se ha convertido en el segundo expulsado de MasterChef 9.
Sin ninguna duda, esta expulsión ha sido la mas dura. Jamás los jueces habían sentido tanto que alguien tuviese que abandonar la competición. Sabían que este concursante merecía esta oportunidad para cumplir su sueño, pero fue justo que fuese él el expulsado.
El joven se enfrentaba a un plato a simple vista sencillo: pollo de corral. Tenia bastante tiempo y no era una tarea difícil de cocinar. Sin embargo, en los últimos quince minutos estropeó todo su trabajo.
“Hacer lo fácil difícil”, ese fue el error que le llevó al concursante a convertirse en el nuevo expulsado. Fue justo, pero los jueces estaban dolidos por la decisión. Nunca se sabe que pasará en el futuro y ganar MasterChef no es la única forma de conseguir formar parte del mundo profesional gastronómico. Pepe Rodríguez lo tiene claro y es que le abrió las puertas de su casa y de todos sus restaurantes.
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La historia de José María que conmovió a los jueces y al público
En el estreno del programa José María contó su historia, la cual no había sido nada fácil. Eclipsó con ella todos los focos y dio una lección a todos los allí presentes y los que le escuchan desde casa.
“Yo me he criado con mi abuela porque a mi padre no lo conozco y mi madre es toxicómana. Yo cocino para mi porque ya no vivo con mi abuela porque tiene alzheimer, yo estoy estudiando en Badajoz y no puedo cuidarla… Tenía una hermana pequeña, pero se murió con 9 meses en un accidente de tráfico. Y ahora tengo otra hermana, pero no vivió con ella. Ahora vivo solo y me pago yo mis estudios.”.
La ilusión de José María era entrar en el programa porque había visto y escuchado que abría puertas. Su duro testamento les dio una lección a todos. Pepe Rodríguez, con los ojos empañados en lágrimas, le dijo: “Tienes que estar muy orgulloso de lo que haces y lo que eres porque eres un luchador de mucho cuidado.”.
Por eso deseamos que el trampolín ya haya comenzado, y que aunque hay acabado esta aventura, la vida siga sorprendiéndole con muchas más oportunidades.
