La mantequilla es la grasa de la leche obtenida a partir del batido de la nata. Se elabora a partir de la crema de la leche, de la que se va eliminando agua (desuerado) hasta alcanzar una masa homogénea con un contenido en grasa superior al 80%.
Hay diversas técnicas para su elaboración, diferentes tipos de mantequillas, con y sin sal, light, mantequilla fácil de untar y hasta con denominación de origen protegidas. En España concretamente, tenemos mantequillas con DOP:
La Organización de Consumidores y Usuarios ha analizado la composición de 71 mantequillas (27 mantequillas con sal añadida y 44 sin ella) y ha llegado a la conclusión de que son productos ricos en grasas saturadas y sal, lo que hace que en la valoración de Nutriscore obtengan las letras D y E, la peor nota posible. Esto incluye a las mantequillas ligeras.
En el caso de las margarinas, en su composición se utilizan grasas de origen vegetal, si bien pueden llevar hasta un 3% de grasa láctea. Además, suelen incorporar aromas de mantequilla y colorantes.
La OCU aconseja sustituir mantequilla y margarina por aceite de oliva virgen o virgen extra, aunque en el caso de personas sanas pueden ser una buena opción, eso sí, si su consumo es ocasional y no supera los diez gramos. En el caso de las personas con sobrepeso u obesidad deberían optar por las opciones ligeras o light, nunca más de diez gramos.
Para los hipertensos la mejor opción es la variedad sin sal y si hay una enfermedad cardiovascular es mejor tomar margarina, pero comprobando antes si el contenido en grasas saturadas no supone más de un tercio de las grasas totales.
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