Tal y como explica Luis Larrodera, guarda una enorme relación con otra fecha festiva marcada en el calendario religioso: El Día de la Candelaria. Por aquel entonces, los sacerdotes repartían velas y si el cielo estaba despejado, se vaticinaba un invierno largo.
De esta creencia bebe el famoso Día de la Marmota, un animal que fácilmente se puede ver en Pensilvania y que marcaba el devenir de la época primaveral. En esta tradición que aún sigue respetándose, se esperaba a que saliera de su madriguera y reaccionara sobre la superficie.
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