La primera nota de voz nos la enviaba Maria Pilar, de Zaragoza. Nos contaba que perdió a su hija en unos grandes almacenes. La niña se había metido en una falsa pared decorativa detrás de la sección de lavadoras y las neveras. Cuando la encontraron la niña repetía: “Mamá, déjame que estoy mirando las neveras”. ¡Olé!
Nuria, por su parte nos contaba que estando de vacaciones en un pueblito de Soria, al finalizar la noche de Fiestas de San Juan, llegó a casa y se fue directa a la cama.
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