Son pasos muy importantes para evitar sustos y desastres capilares que tengan difícil arreglo. ¿Te animas a teñirte tu sola? ¡Vamos!
Lo primero que debes hacer si nunca te has teñido en casa es comprobar que no eres alérgica al tinte. Para ello aplica una gota de tinte detrás de la oreja y déjalo actuar unos diez minutos, si ves que te pica o que la zona se enrojece no utilices el tinte.
Una vez que estés segura de que no eres alérgica hazte con unos guantes de látex o de plástico fino (suelen venir junto con el tinte), para aplicártelo. La piel de las manos es especialmente sensible y si te manchas las uñas de tinte será complicado quitarlo.
Antes de teñirte ponte crema hidratante o aceite por la zona del nacimiento del pelo (frente, nuca y detrás de las orejas), para evitar que se te manche la piel.
Además es mejor que te apliques el tinte un par de días después de haberte lavado el pelo, así tendrá la grasa natural del cuero cabelludo que hace de barrera de protección.
Si te lo aplicas a brochazos sin ningún orden lo más probable es que te dejes zonas sin cubrir.
Lo mejor es hacer una raya en medio e ir abriendo el cabello con un peine aplicando el tinte con una brocha y ligeros toques, sin arrastrar el producto y sólo en la raíz.
No te dejes el tinte puesto más del tiempo necesario, lo normal suele ser unos veinte minutos en la raiz y luego pasar a puntas otros diez minutos. Si te excedes o te quedas corta corres el riesgo de que el color sea muy diferente al deseado.
Lava tu cabello con un champú sin sulfatos ni parabenos, así mantendrás su salud y conservarás el color.
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