Para algunas personas, la hora del paseo es la peor. Tienen que luchar con su mascota para que durante el paseo estén tranquilos y sin dar tirones de la correa. Aunque parezca mentira, este es uno de los motivos que más preocupan a los dueños.
No hay necesidad de que un momento de relajación como debería ser el paseo se convierta en toda una odisea. No hay que darse por vencido porque con constancia y buen entrenamiento, este problema puede superarse.
Antes de nada, hay que tener en cuenta que ningún perro es igual, depende de la raza, costumbres y educación que se comporten de una u otra forma. Por eso, el periodo de aprendizaje es diferentes según cada animal.
“Si el perro no aprende las órdenes con la suficiente rapidez se piensa que es tonto y se inicia una relación toxica que no puede terminar en nada bueno”, añade María Pifarré. Veterinaria experta. Por eso, es importante entender que hay muchas maneras de que tu perro aprenda lo que está bien y lo que está mal, pero gritarle no es una de ellas.
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Lo más importante es no gritarle, párate para que entienda que no puede tirar de la correa. Cuando él se pare entonces comenzamos de nuevo a caminar. Si aún así no lo ha entendido, cambia de dirección. Puede ser que en ese camino haya algo que le incite a tirar, prueba a cambiar la ruta y que entienda, por tu comportamiento, que eso está mal. Puede que tengas que repetir este procedimiento una y otra vez hasta que entienda que tiene que ir acorde con tus pasos.
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