En lo que a la alimentación respecta existen diferentes verdades a medias que conviven con la ciudadanía. Mitos y bulos que son desencadenantes de la desinformación y manipulación de las verdades que nos llegan. Por eso, algunos conceptos generales se quedan en el aire sin que nadie los confirme. Este es el caso de los ‘venenos blancos’, hay un mito general con el que se afirma que los alimentos de color blanco son perjudiciales.
¿Qué se entiende por alimentos de color blanco? En este grupo se incluye el azúcar, la sal, las harinas refinadas, el arroz y la leche. Existe la costumbre de incluirlas ‘en el mismo saco’, pero esto es un error. Cada uno de estos alimentos tiene sus beneficios y desventajas en nuestra dieta.
El doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, Miguel Ángel Lurueña, ha afirmado para la revista cuídate plus que estos cinco alimentos no son veneno, no resultan tóxicos, ni son un riesgo para la vida. Aunque es cierto que no son igual de sanos entre ellos. Normalmente, es preferible consumir estos alimentos integrales antes que las versiones refinadas.
Para estos cinco alimentos existen diferentes recomendaciones y te vamos a plasmar algunas que los nutricionistas hacen al respecto.
Todos alguna vez hemos dicho la frase de “es que necesito azúcar”, Esto se debe al mito de que el azúcar es el combustible del cerebro, pero relacionamos esta frase a alimentos procesados o con grandes cantidades de azúcar. Sin embargo, el doctor Lurueña afirma que “la glucosa que necesitan nuestras células para funcionar la podemos obtener de prácticamente cualquier alimento, como la fruta, y no necesitamos el azúcar añadido”.
El abuso de este ingrediente provoca problemas como la obesidad, diabetes o enfermedades cardiovasculares, entre otras. Esto no significa que tomarlo de forma puntual pueda afectarnos en nuestra salud.
“Trae la sal, que está soso”, la frase estrella para este ‘veneno’. Y es que acostumbramos a consumir sal en todas las comidas, incluso cuando no es necesario. Se recomienda no pasar los 5 gramos de sal al día, sin embargo, su consumo en España sobrepasa los 10 gramos.
Aquí entran en juego diferentes factores. Algunos ciudadanos consideran que la sal solo se incluye en las comidas en función de la cantidad que echamos directamente del salero. Error. Muchos alimentos como el queso, las sopas preparadas, o incluso el pan, ya incluyen su propia porción de sal. Esto hace que las cantidades aumenten en un día considerablemente. Para reducir el consumo de sal seria necesario revisar las etiquetas de los productos y alejar el salero a la hora de cocinar.
El doctor ha añadido cuál es el problema, “lo que sucede con la sal, y con el azúcar, es que, como nos vamos acostumbrando a esos sabores, cada vez añadimos un poco más”.
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Los nutricionistas se enfrentan a una de sus mayores luchas con este alimento ya que al hablar de cereales, hay que priorizar los granos y harinas integrales. “No es que vayamos a morir por comerlas, pero las harinas refinadas consumidas de forma habitual pueden aumentar el riesgo de diabetes tipo 2”, aclara el doctor.
Este alimento no entra en la categoría de ‘veneno’ por su propio peso, sino por el proceso de refinamiento. Y hay que aclarar que la harina refinada está compuesta por almidón, en su mayoría.
En este caso, la reflexión se asemeja a la de la harina refinada. En el proceso de obtención del arroz se pierde una gran porción de los minerales y vitaminas que aporta. Por eso se recomienda el arroz integral, porque conserva un mayor porcentaje del grano de arroz original. Un consejo de parte del experto es combinar el arroz blanco con verduras, eso sí, debe haber más verde que blanco dentro del plato.
Venenos blancos: La verdad y el mito de la leche
La leche es uno de los alimentos que más incluimos en la dieta ya que la mayoría de los ciudadanos la consumen diariamente. Sin embargo, es el alimento que, de los cinco, menos merece ser catalogado como ‘veneno’. Aporta buenos nutrientes, pero es cierto que, si no te gusta o eres intolerante, no es un alimento imprescindible en la dieta. El calcio se puede obtener de otros alimentos como frutos secos o vegetales.
Uno de los mitos que gira entorno a la leche es el proceso al que se somete que reduce su calidad. El doctor lo desmiente, “es uno de los alimentos que sufre menos tratamiento”.
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