Los bloqueadores de carbohidratos se han puesto de moda para adelgazar: ¿pero funcionan?
En declaraciones al periódico El Mundo, Lina Robles, nutricionista del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela, de Madrid, explicaba que «Tal y como indica su nombre son suplementos que permiten reducir las calorías procedentes de los hidratos de carbono que ingerimos, bloqueando las enzimas necesarias para digerir el almidón»
Y matiza, “Suelen contener faseolamina (extraída de la judía blanca), que es un inhibidor de la alfa-amilasa, una enzima que se produce en la saliva y descompone los hidratos de carbono en moléculas pequeñas para que el cuerpo los puede absorber. La acción de bloqueo de la faseolamina hace que los carbohidratos no digeridos puedan pasar directamente al tracto digestivo para ser expulsados a través de las heces»
La cuestión está en saber cuales realmente son eficaces y los que no, por buena fama que tengan, y consultar a un especialista antes de empezar a tomarlos, para tomarlos de la manera correcta y que nos diga cuándo tomarlos y durante cuanto tiempo según nuestras características.
Los más eficaces
El chitosán es uno de ellos, es un derivado de la chitina, que se extrae de crustáceos marinos.
Forma una especie de película en el intestino que interactúa con las grasas impidiendo que estas se absorban. Sólo actúa sobre las grasas que ingerimos, así que si no las comemos no notaremos sus efectos, aunque será útil cuando nos saltemos la dieta.
Un reciente estudio de 2018 afirma que el chitosán puede tener un ligero efecto a corto y medio plazo en la pérdida de peso.
Otro de estos bloqueadores es la judía blanca, mucho más eficaz que el chitosán aunque menos conocido.
En un ensayo clínico realizado en 2018 se encontraron efectos estadísticamente significativos sobre el peso y la grasa corporales tras tomarlo.
El último es el picolinato de cromo, una sustancia presente en muchos bloqueadores y sobre la que los expertos están divididos. Según algunos no hay pruebas suficientes de que sirva para adelgazar pero sin embargo otros afirman que favorece la pérdida de peso por partida doble ya que reduce el apeteito y estimula la producción de calor corporal lo que aumenta el gasto energético.
