Carmela y Rocío son las hijas de Joaquín Sabina, unas mujeres discretas y artistas. El cantante ha tenido muchas musas a lo largo de su carrera musical, pero las que siempre han estado ahí han sido sus dos hijas. ¿Recuerdas esa canción del intérprete? Decía “Carmelona, compinche de mis trucos malabares (…) Rocío de mi barba cenicienta, dulcinea del oso y del madroño”. Sus verdaderas musas de “carne y hueso”.
Son las dos mujeres de su vida, quienes siempre le han hecho mantener las ideas claras y los pies en la tierra. Todos sabemos que el cantante ha tenido una época canalla de amores y relaciones. De ahí el reflejo que muestran las letras con las que nos sorprende en cada disco. Él mismo ha reconocido que se ha enamorado en varias ocasiones, pero Isabel Oliart fue la protagonista de un gran capítulo de su vida. Ella es la madre de sus dos hijas, a quienes tanto debe.
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Sus dos hijas siempre han sido muy discretas a la hora de sus apariciones en público. Carmela, a sus treinta años, sí que ha acompañado a su padre en algunos eventos siempre que ha podido. Es cierto, que su trabajo está ligado al cine, lo que hace más fácil sus apariciones en público. Sin embargo, la pequeña de la familia ha preferido mantenerse en un segundo plano siempre que fuese posible, solo ha aparecido junto a él en contadas ocasiones.
Como afirmaba la mayor hace unos meses:
“Desde muy pequeñas nuestro padre ha intentado protegernos de la prensa y aunque es cierto que nuestra vida profesional se ha cruzado en algún momento, el importante es él y sus conciertos, no nosotras”
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