A menudo hemos hablado de los efectos que tiene el trabajo a distancia sobre los trabajadores (siendo las mujeres las más afectadas). No obstante, era de esperar que algunas personas sacarían tajada de esta falta de supervisión para no dar palo al agua.
Algunos empresarios se han olido la tostada y han comenzado a contratar los servicios de detectives para verificar este tipo de corruptelas. No en vano, los investigadores privados han visto cómo se han incrementado hasta un 50% este tipo de encargos.
La implantación del teletrabajo y el fin del confinamiento domiciliario forman una peligrosa combinación. Así, ciertos trabajadores dejan sus ordenadores funcionando en remoto mientras utilizan su jornada laboral para irse de shopping o salir con los amigos.
Hemos de tener en cuenta que la contratación de detectives no busca perseguir las pequeñas pausas para, por ejemplo, realizar tareas domésticas. De hecho, este tipo de interrupciones suelen compensarse echando más horas de trabajo. ¡No te pierdas nuestros consejos para teletrabajar de forma más cómoda y productiva!
Cada novedad en el mundo laboral conlleva riesgos de abuso tanto por parte de los empresarios como de los empleados… y el trabajo a distancia no es una excepción. En consecuencia, te conviene familiarizarte con las claves del decreto que regula el teletrabajo.
La contratación de detectives por los empresarios es una práctica que ya se venía realizando antes de que se generalizara el teletrabajo, especialmente en actividades descentralizadas (p.ej: comerciales). Sin embargo, esto solo resulta admisible desde el punto de vista legal cuando existen sospechas fundadas de incumplimiento laboral.
Antes de proceder a la investigación, el detective verificará que existe una relación laboral con la persona que se va a investigar. También se cerciorará de que hay motivos reales para sospechar de incumplimiento laboral. Una vez realizadas dichas comprobaciones, el investigador procederá a realizar un seguimiento que documentará con fotos y vídeos.
Otra práctica habitual de las empresas para vigilar el rendimiento de sus trabajadores es el uso de software de control. Sin embargo, para que sea legal debe estar instalado en dispositivos que sean propiedad de la empresa y, además, esta deberá haber informado al trabajador acerca de su instalación.
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