Hospitales •
Mascotas •
Ángela alucinaba con esa planta en neumología y algunos de los «recuerdos» que dejaron los pacientes y que les provocaron un atragantamiento: Botones, monedas, huesos de aceitunas… ¡Y unos alfileres!
Por su parte, Mari recuerda como una pesadilla la vez en la que casi se queda sin aire por culpa de un hueso de conejo; mientras, María sufrió de lo lindo con la espuma del champú que se le metió en la boca: «Se me hizo una pompa y no podía respirar», confiesa.
MÁS SOBRE: