A pesar de ser necesaria para el ser humano, tanto como el comer y respirar, hay personas que experimentan problemas que afectan a la calidad del sueño. Incluso, este tipo de problemas suelen aparecer en la infancia tardía, en torno a los once u doce años de edad.
Es importante localizar estos trastornos para que puedan ser tratados de la mejor manera posible.
Los trastornos más habituales son el insomnio, la apnea de sueño y el sonambulismo. Otros menos frecuentes son el síndrome de las piernas inquietas. También se puede incluir las hipersomnias como la narcolepsia.
Estos problemas puede repercutir muy duramente en la vida cotidiana, pues el bajo rendimiento, la fatiga y el sueño que puedes tener durante el día terminará por afectar a tu rutina.
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Cualquier patología dificulta tener un sueño reparador, por lo que hay que estar alerta ante la aparición de sus síntomas. Algunas de las pruebas diagnósticas son la polisomnografía nocturna (PSG). Esta es necesario que el paciente permanezca dormido por la noche en un laboratorio de sueño. Se colocan electrodos que monitorizan las variables como la actividad cerebral mediante la frecuencia cardíaca, el esfuerzo respiratorio, la actividad muscular y el oxígeno en sangre.
Se ha creado la llamada Unidades de Sueño. Se tratan de servicios médicos multidisciplinares y favorece que se detecten los trastornos. Se hace mediante una exploración física. Sobre todo va dirigido hacia los niños con problemas de insomnio.
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