El gato es un animal extremadamente limpio. Si les observamos, hay varias veces en el día en las que tu mascota pasa su lengua por el cuerpo para contribuir a su higiene. Es algo propio de ellos y lo hacen desde muy temprano en la vida.
A las seis semanas de nacimiento, saben lavarse solos por completo, al igual que un adulto. Este ritual de aseo es practicado por cada gato, independientemente de dónde viva o la condición en la que se encuentre.
Descubre el por qué de esta práctica de tu mascota, además de ser por la propia higiene.
Este rígido protocolo comienza por la cabeza, luego la espalda junto al cuerpo y finalmente la cola. La lengua de los gatos está cubierta por unas pequeñas ‘espinas’ que cumplen un papel muy importante en la limpieza. Les sirve para cepillar su pelaje y depositar la saliva para regular la temperatura, pues carecen de glándulas sudoríparas en su cuerpo.
Este proceso funciona como ejercicio para mejorar la circulación sanguínea y aporta un efecto relajante. Además, les sirve para eliminar parásitos de su piel.
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Sin embargo, el dueño tiene que preocuparse por el cepillado del animal igualmente, sobre todo si el pelo es largo. Lo ideal es realizarlo dos veces a la semana para evitar enredos.
Además, debemos prestar atención a la manera en que lo hace. Si notas que tu gato se limpia con menor intensidad o frecuencia, o que se está arrancando pelo, puede ser un signo alarmante y motivo por el que acudir al veterinario.
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