Isidro Montalvo tiene ganas de darse un reconocimiento a él y a todas las personas que se levantan desde bien temprano, ¡y lo hace de manera poética!
Sabemos que no es fácil pegarse el madrugón, ya sea para escuchar Atrévete, para ir a trabajar o para hacerse último repaso antes de un examen. Por eso, nuestro compañero nos acerca una poesía sobre los valientes que lo hacen pese a la «dulzura» de una cama.
En contra de la pereza y de las musas que te incitan al sueño, nos levantamos cada mañana para también tener una «vida encantadora» como señalan estos versos. Una poesía que refleja claramente cómo nos sentimos, sobre todo con ese «me arrastro bostezando«.
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Y en medio de ese homenaje al madrugador, se ha colado el tema de la comida (raro en nuestro querido Isidro). Como bien dice después, pocas cosas hay mejores que disfrutar de ella.