Sus pilares básicos son pescado fresco, productos orgánicos, aceite de colza, cereales integrales enteros y no elaborados (pan blanco), poca carne y sobre todo suprime absolutamente las grasas saturadas.
Esta demostrado que este tipo de alimentación tiene muchos efectos positivos, entre ellos ayuda a adelgazar, a bajar los niveles de colesterol, a mejorar la presión sanguínea y además tiene propiedades antiinflamatorias.
Las coles, el brócoli, la remolacha o las zanahorias están en la base de la dieta nórdica, verduras que podemos sustituir por cualquier verdura de hoja verde.
En cuanto a las frutas más consumidas en este tipo de dieta están las frambuesas, las fresas, los arándanos o las moras.
El pescado es uno de los alimentos esenciales de este tipo de dieta, sobre todo pescados grasos cómo el atún, el salmón, la caballa y el arenque que aportan omega 3y vitaminas.
En la dieta nórdica el aceite de oliva se sustituye por el de colza, un tipo de aceite que contiene grasa monoinsaturada saludable para nuestro organismo. Además contiene un ácido graso de origen vegetal similar al omega 3 y es ligeramente más bajo en niveles calóricos que el de oliva.
Las algas también se incluyen en esta dieta por su aportación de vitaminas, calcio, hierro, potasio y minerales saludables para nuestro organismo.
Incluye también legumbres cómo alubias, muy ricas en fibra, minerales y vitaminas.
La comida rápida, las bebidas carbonatadas, los azúcares refinados, los alimentos procesados y los aditivos están prohibidos en la dieta nórdica.
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