La vitamina D es un nutriente indispensable en cualquier persona, sobre todo niños, porque es el que incorpora el calcio de los alimentos que tomamos. Solo así los más peques podrán crecer con huesos fuertes y mejorar su curación en caso de cualquier lesión o rotura.
Una dieta equilibrada logra igualar los niveles de cada nutriente necesarios en nuestro organismo. Sin embargo, en el caso de la vitamina D puede que nos quedemos algo escasos, y eso que gran parte se fabrica de manera automática tras la exposición de nuestra piel al sol.
Al ser muy pocos los alimentos que contengan altas cantidades de este nutriente, muchas empresas ya han «enriquecido» sus productos. Es el caso de la leche, el zumo y cereales; por no hablar de comprimidos, gominolas, chicles o jarabes que solo deberías hacer uso bajo recomendación de un médico o especialista.
¿Sabías que….
Las consecuencias en nuestro organismo por la falta de vitamina D son:
Sufrir osteomalacia y osteoporosis.
Sufrir raquitismo en niños.
Sufrir osteoartritis (dolor y debilidad de los huesos)
Propensión a sufrir fracturas óseas en personas mayores de 65 años
No será la comida favorita de tu hijo -o sí- pero la incorporación del salmón, la sardina o el atún serán trascendentales para que los más pequeños puedan cumplir con la necesidad diaria durante la infancia.
La vitamina D también la podrás encontrar en los aceites derivados del pescado, por lo que en caso de querer reforzar esta faceta de la alimentación, no dudes en mantenerla.
La ración diaria de leche, aunque fomenta este incremento de la vitamina D, puede no ser suficiente para que lleguen a las cantidades mínimas recomendadas. En ese caso, no limites los lacteos al desayuno y empieza a jugar con los quesos, el yogur o las cremas de leche.
Entre las múltiples facetas de los lacteos, nos detenemos en la yema del huevo. ¡No la desperdicies! Es uno de los alimentos más ricos y te ayudarán a ti y a tus hijos a estimular la salud cerebral, cuidar los ojos y a desarrollar la madurez durante el proceso de crecimiento.
En el cuidado de nuestros hijos no debemos olvidar ningún detalle ni obviar aspectos tan esenciales como la parte vegetal en su alimentación. En esta ocasión, centrados en la búsqueda de la vitamina D, nos detendremos en tres: Aguacate, germen de trigo y champiñones.
Todos estos recursos te ayudarán a completar las necesidades básicas de este nutriente, el cual está estipulado en unas 400 IU para el desarrollo durante la infancia; y hasta 800 IU para los adultos.
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