La menopausia llega determinada por la fecha de la última menstruación. Los desarreglos anteriores a ella forman parte del llamado climaterio, una etapa mucho más amplia que concluye con el fin de la vida fértil de la mujer.
En ocasiones, cuando una mujer entra en la menopausia siente una menor agudeza mental, confusión e, incluso, pérdida de memoria. Aún no hay evidencias de que sea la menopausia y la pérdida de estrógenos los causantes de ello o es también un efecto del proceso de envejecimiento natural.
Es más, otro de los motivos por los que nuestras funciones mentales se vean mermadas puede ser el insomnio, las dificultades para dormir que provocan los sofocos nocturnos.
No hay mucha evidencia que demuestre que la menopausia natural afecte la memoria, la concentración o las funciones mentales. Es posible que los bochornos o las dificultades para dormir tengan mucho que ver. Incluso el decaimiento, la tristeza o la ansiedad que no nos permiten descansar adecuadamente. Otros factores podrían ser afecciones médicas como la deficiencia de vitamina B12 , el hipotiroidismo o la quimioterapia.
Los investigadores estudian desde hace tiempo el impacto tienen los niveles de estrógeno en nuestra memoria. Todo apunta a que si los valores de estrógeno son bajos se produce una disminución de las funciones comunicativas y cognitivas.
Por eso recomiendan ejercitar el cerebro. Y es que como cualquier parte del cuerpo si lo mueves y lo trabajas estarás contribuyendo a ralentizar su envejecimiento.
Es necesario realizar actividad física de forma habitual para mantener un cerebro en pleno rendimiento.
-Ánimate y practica mindfulness: ejercicio continuado de la atención plena para trabajar una zona concreta del cerebro dirigiendo a voluntad el foco de la atención.
– Aprende cosas nuevas y estimula la memoria evaluándote con cosas que te interese recordar (números de móvil, cumpleaños, aniversarios, citas literarias).
–Toma un suplemento de omega 3, un gran aliado de la salud cognitiva y cerebral.
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