La importancia de comer a la misma hora todos los días

Para tu peso y tu ánimo

apueyo

Desde pequeños se nos impone un horario de comidas que con el paso de los años puede ir cambiando según nuestras necesidades. Sin embargo, comer siempre a las mismas horas puede beneficiar mucho a tu salud e influirte en el metabolismo, el peso y hasta en el estado de ánimo. Por eso es muy importante mantener los horarios cada día.

Si intentas mantener una rutina en tus horarios de trabajo lo notarás muy positivamente en tu salud, te ayudará a prevenir enfermedades y a controlar el peso.

La importancia de los horarios, mantendrás tu peso

Llegar muy hambriento a una comida no beneficia nada a tu peso, ya que comerás mucho más y además lo harás de manera impulsiva, rápida y sin apenas masticar, además de perjudicar a tu digestión.

Si te saltas los horarios de comidas o las comidas harás conseguirás que tu cuerpo acumula más grasa y termines con sobrepeso y desajustes en tu metabolismo. El cuerpo debe tener una rutina en la alimentación, la que quieras pero siempre la misma, si no no podrá ajustarse a nada y el metabolismo se desajustará.

Ese desajuste muchas veces está relacionado con diabetes o patologías cardiovasculares . Por eso es tan importante mantener unos hábitos.

Regularás tu apetito

Una chica mira un escaparate con pasteles

Además desayunar, almorzar y cenar a unas horas establecidas, regulará tu apetito. Al comer a las mismas horas sentirás hambre cuando falte poco tiempo para tu siguiente comida y así evitará picar entre horas.

Sin embargo si no comes a una hora concreta es más probable que piques algo rápido para saciarte, y  lo más probable es que sea  un alimento poco sano y con bastantes calorías. Todo esto hará que sea complicado controlar tu peso.

El hecho de plantearte a qué hora debes comer te hará pensar qué es lo que vas a comer y, si no tienes hambre en ese momento, es muy probable que elijas alimentos sanos. De ahí la importancia de establecer horarios en intervalos de tres horas, es decir desayunar a la misma hora, almorzar unas tres horas después,comer a las tres horas del almuerzo, intentar que no pasen más de cuatro horas entre comida y merienda para que esta última no se solape con la cena y evitar cenar al menos dos horas antes de irnos a la cama, para que no afecte a nuestro descanso.

 

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