Sabemos que existen tres factores que se han relacionado históricamente con el bienestar físico y, sobre todo, mental: el descanso, la actividad física y la dieta.
La calidad del sueño es un factor imprescindible de predicción de la salud mental y el bienestar de los adultos jóvenes, mientras que la actividad física y la dieta son factores secundarios, pero importantes.
Te contamos una serie de pautas que pueden ayudarte a recuperar tu bienestar mental. Se trata de cambiar algunas actitudes y conseguirás sentirte mucho más positivo.
La actividad física libera endorfinas, hormonas que actúan como neurotransmisores y ayudan a promover el bienestar y la sensación de euforia.
Mantenernos activos es fantástico para nuestra salud no sólo física sino también mental.
La actividad física mejora nuestra autoestima y nos ayuda a establecer metas que cuando logramos provocan cambios químicos en el cerebro que pueden ayudar a mejora mucho nuestro estado de ánimo.
Rodearnos de amigos y de gente que nos quiere y a la que queremos mejora sin duda nuestro bienestar mental, nos puede ayudar a desarrollar un sentido de pertenencia y autoestima y nos permite compartir experiencias positivas además de dar y recibir apoyo emocional.
Por eso es tan importante sacar un tiempo para estar en familia u organizar un encuentro con amigos a los que no ves hace tiempo. A veces basta con sacar un tiempo para estar con tus hijos o sobrinos e incluso para hacer un voluntariado en una escuela u hospital.
Muy unido a las relaciones de calidad van los actos de generosidad que nos ayudan a sentirnos mejor al crear sentimientos positivos y una sensación de recompensa. Basta con pequeños actos o detalles de generosidad hacia otras personas.
Aprender nuevas habilidades también puede mejorar el bienestar mental. Descubre nuevas aficiones, aquello que siempre has tenido ganas de ser o hacer, ahora puede ser un buen momento para iniciarte en ellas, con ello aumentarás la confianza en ti mismo además de la autoestima y construiremos un sentido de propósito.
Presta atención al momento, prestar atención a lo que nos rodea nos ayuda a conectar con nuestros pensamientos y sentimientos, y también con nuestro cuerpo y el mundo que nos rodea. Esta “atención plena” nos puede ayudar a cambiar positivamente.
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