El cheat meal es el sueño de todo aquel que comienza una dieta. Una toma -se recomienda que sea la comida, ya que la cena está más cerca de la hora de irte a la cama- en la que puedes comer de todo, sin culpas, sin cargo de conciencia, sin arrepentimiento: la cantidad que quieras de los alimentos que más te gusten. Sí, incluidos dulces.
Entonces… ¿a tomar por saco la dieta? te preguntarás. Pues no, no es así, al revés. Tener un día la posibilidad de realizar un cheat meal no solo te ayudará a proseguir con el régimen, sino que ayudará al organismo a seguir perdiendo peso.
Es decir, el cheat meal es una comida planificada que te permitirá seguir adelgazando rompiendo la monotonía de una dieta estricta y pesada.
La razón de que explica todo esto es muy sencilla. Hay un límite de tiempo en el que tu cuerpo puede permanecer en un déficit calórico constante que es lo que ocurre cuando estás a dieta. Una vez que el metabolismo se acostumbra a una ingesta menor de calorías, comienza a reaccionar quemando cada vez menos calorías y tirando de tu masa muscular en lugar de tu grasa para obtener energía. Por eso llega un momento en el que te estancas y es más complicado seguir perdiendo peso.
Cuando llegas a este punto de inflexión en la dieta tienes dos caminos: reducir más la ingesta de calorías o hacer más ejercicio para gastar más.
O, hacer un cheat meal con lo que logras aumentar las calorías y los carbohidratos para enviar la señal a tu cuerpo de que el entorno no es tan negativo como pensaba y que no es necesario que reduzca su gasto energético.
Si a esto añadimos el refuerzo moral que inyectamos a nuestra voluntad sabiendo que hay un día determinado del mes o de la quincena en el que podemos darnos un banquete, quizá seguir la dieta estricta se nos haga menos complicado y tedioso.
La frecuencia de los cheat meal varía dependiendo de cada persona. Si tienes mucho músculo y necesitas perder sobre todo líquidos, puedes hacer uno a la semana. Si tienes mucha grasa corporal no deberás hacer más de 1-2 veces al mes.
Aunque durante el cheat meal puedas comer de todo, es importante que:
-el día previo controles un poco lo que comes y hagas un mayor gasto energético: sal a andar, a nadar o a correr 5 minutos más.
-procura que tu cheat meal sea la comida o el desayuno, no la cena
-Tómate un pomelo unas horas antes del cheat meal. Muchos estudios asocian esta fruta con una disminución de la resistencia a la insulina.
-Sal a andar o haz algo de deporte antes del cheat meal.
-No comiences tu cheat meal comiendo dulce. Déjalo para el final
-Termina con un café. La cafeína acelera el metabolismo y el movimiento del intestino.