Jonatan, nuestro personaje más enrollado dispara llamadas desde un estudio de radio ficticio: «Vamos a ver a qué simpático encontramos hoy», decía el humorista.
«Oye escúchame que estás en directo. Te llamo simplemente para dedicarte una canción y decirte que tengas un buen día», comentaba Jonatan a su víctima. Al otro lado del teléfono, nuestro atrevido, colgaba rápidamente, para ser vuelto a llamar.
Pero el atrevido finalmente entra en el juego y termina negociando con Jonatan ante la propuesta de este de cantar en directo. «No, no… Yo voy ahora al banco y no puedo», explicaba. A lo que Jonatan respondía tajantemente: «lo que hace falta en este país es que se mueva el dinero».
Las llamadas de radio ya no son lo que eran, aunque nuestra víctima ha sabido guardar el tipo y responder con paciencia a nuestro locutor alocado.
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