El coronavirus nos ha quitado muchas vivencias a lo largo del último año. Pero el final cada vez está más cerca. Andrés de Dvicio ha compartido algo que nos ha enternecido. Una melodía directa al corazón.
El cantante ha contado que llevaba sin ver a su abuela muchos meses ya que por el coronavirus habían estado separados. Ahora se han vuelto a encontrar de la mejor manera posible.
“Siempre nos quejamos de lo malo, pero nunca aplaudimos lo bueno de nuestro país”, decía. Y es que su abuela por fin está vacunada contra el virus que paró el mundo durante meses.
Nos ha enternecido ver la primera instantánea de las manos juntas tocando a dos bandas. Por no mencionar la ilusión de ver a su abuela dejándose llevar por las teclas del piano. La música le viene de familia y qué bonito es que haya compartido con todos nosotros este rato tan especial para él.
Mi piano ya no tiene teclas negras
Se han teñido y ahora no las puedo ver
Se camuflan como el blanco de las cebras que de noche no se ve
¿Quién te ha dicho que me gustan los espejos?
Si reflejan lo que todos pueden ver
Mejor, clávame los ojos si es por dentro, y no te asustes si esta vez
Descubres tu enemigo mirándote el ombligo
Eres tú, nadie más, no lo busques fuera
Adictos al peligro, qué tiene romper con los esquemas
Y yo, que todo lo muerdo
Y tú, castillo de cera
Verás que el fuego en el cuerpo no siempre te quema, no-no
Y estás tan viva por dentro
Y yo, tan roto por fuera
Yo soy color blanco y negro, y tú mi acuarela
Y tú mi acuarela
¿Dónde busco cuando no me quedan fuerzas?
¿Dónde nace tanta vida y tanta fe?
Hay preguntas que ahora no tienen respuesta
Y luego entiendes el porqué
Me da miedo no dar con la melodía
Que me tiene todo el día persiguiendo esta canción
Y es mi forma de quererte, qué ironía
Mira qué contradicción
Descubres tu enemigo mirándote el ombligo
Eres tú, nadie más, no lo busques fuera
Adictos al peligro, qué tiene romper con los esquemas, oh
Y yo, que todo lo muerdo (eh)
Y tú, castillo de cera
Verás que el fuego en el cuerpo no siempre te quema, no
Y estás tan viva por dentro (eh)
Y yo, tan roto por fuera
Yo soy color blanco y negro, y tú mi acuarela