Todo eran promesas hasta ayer por la tarde. La mujer aseguraba sentirse segura y decidida a hablar e incluso mostrar su rostro, ya que, así, podría sentirse más a salvo de posibles amenazas y represalias.
Entre dimes y diretes, Kiko Hernández iba conectando con el programa a lo largo de la tarde comunicando los diferentes cambios de parecer de la testigo: «Le está dando un algo…ahora está llorando». Era evidente el fastidio que le suponía al colaborador la falta de decisión de su contacto. Sin embargo, Carlota Corredera intentaba mediar y calmar los ánimos: «Es comprensible. Yo entiendo a esta persona. Debe ser muy duro y difícil. Esta persona está muy asustada. Tiene miedo de verdad y teme que se tomen represalias contra ella«.
Al final de la tarde, la dirección del programa daba por anulada la entrevista. El nivel de ansiedad del familiar oculto había llegado a un punto extremo. El programa, junto a Kiko Hernández decidía sacar al testigo del hotel con todas las garantías de velar por la salvaguarda de su identidad.
«Está con un ataque de nervios. Se está poniendo muy mal, está recibiendo todo tipo de presiones por parte de la familia» informaba el mítico colaborador a sus jefes. Ante esta dura afirmación, la determinación de Corredera era clara: «Desapareced». El miedo de la testigo era real: sentía miedo de que pudiera pasarle algo. Pero, ¿hasta qué punto este miedo se debe a una amenaza real? ¿Hasta qué punto sería capaz de llegar el clan Flores Moreno?
Como si de una película de Hollywood se tratara, el plan de huida comenzaba: «Esto puede parecer muy divertido, pero esa mujer tiene miedo real de que alguien le haga miedo. El programa sabe quién es ella, pero ella quiere intentar que nadie la reconozca».
Kiko Hernández sacando a una testigo del hotel tapada con una sábana. El surrealismo de este programa #yoveosalvame pic.twitter.com/r4wGchmEjG
— GOSSIP BOY (@JuanjoCotilla) November 2, 2021
«Salimos tapados, nos metemos en el coche y nos piramos» Kiko Hernández iniciaba su plan de huida sin tener claro cuál era el plano del hotel: «Es que encima este hotel tiene mil plantas y no sabemos en cuál estamos. Encima no hay parking. No me dejes solo«.
El hotel estaba custodiado por la prensa y, al no tener parking, no les quedaba otra que salir a la calle de esta guisa y subirse en el coche huyendo sin dejar lugar a especulaciones sobre la identidad del testigo. Una vez ya sanos y salvos, Kiko Hernández conectaba de nuevo con el programa para informar de la situación: «Llevo 20 años en esta profesión y esto es lo más surrealista que me ha pasado».
Afortunadamente para todos los seguidores del programa, hay cuatro horas de conversación grabada y aunque velando la identidad, podremos saber la verdad que se oculta tras la gran trama de la prensa del corazón del momento.