Lo primero que debes hacer es tostar el pan y reservarlo.
Luego calienta la mantequilla hasta que se funda y añade harina, rehoga y añade la leche muy poco a poco, ponle sal y hazla a fuego suave unos ocho minutos.
Pon en cada rebanada un poco de bechamel y colócalas en una bandeja de horno con papel de horno, tapa cada rebanada con una loncha de queso y otra de jamón, vuelve a untar con bechamel y tapa los sándwich dejando que la bechamel esté en contacto con el queso. Vuelve a añadir bechamel en la parte de arriba y espolvorea con queso rallado.
Mételas al horno y gratina hasta que estén dorados.
Calienta aceite en una sartén y frie un huevo, retira y repite con los huevos restantes. Recuerda poner el aceite bien caliente si quieres huevos con puntilla.
Saca los sándwich del horno y pon un huevo frito encima de cada uno.
Y a disfrutar de tu croque madame.
El croque madame es una variante del croque monsier, un sándwich de jamón y queso gruyer a la plancha y gratinado, el croque madame es igual pero con un huevo frito encima y recibe su nombre del parecido con los tocados de las damas.
Hay una leyenda en torno a su origen que dice que el croque monsieur se sirvió por primera vez en 1910 en un café parisino del bulevar de los Capuchinos en cuyo menú estaba incluído.
Marcel Proust lo menciona en su obra de 1918, «A la sombra de las muchachas en flor”, en uno de cuyos párrafos encontramos, “Nos detuvimos, mi abuela y yo, para intercambiar unas palabras con la señora de Villeparisis que nos anunciaba que había reservado “croque-monsieurs” y “huevos a la crema” para nosotros en el hotel”.
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