Sálvame comenzaba ayer con una noticia bomba de Kiko Hernández, y no sería sobre otro famoso, sino sobre él mismo. El colaborador, que sufría la pérdida de su amiga Begoña Sierra, comunicaba su deseo de dejar el programa un tiempo y Jorge Javier tuvo que hablar.
❤️¡Eternamente agradecidos a nuestro gran amigo del alma @Kiko_Hernandez, a @jjaviervazquez y a todo el equipo de @salvameoficial!
❤️Cuántos momentos vividos en @BingoLasVegas.#YoSoyDeLasVegas #YoVeoSálvame pic.twitter.com/SM6v7zFVsy
— BingoLasVegas (@BingoLasVegas) October 6, 2021
Ante el silencio del plató y la música melancólica de fondo, Jorge Javier daba un paso al frente para reflexionar con sus compañeros y pedir disculpas a la audiencia: “Creo que es la etapa más dura que estamos pasando en este programa con los últimos acontecimientos”.
«Nos hemos quedado todos…Tuvimos una conversación él y yo, porque me dijo que lo quería dejar. Lo que pasa que claro, ¿la solución es dejarlo? Yo es que en estos momentos que tienes la cabeza tan…» Jorge Javier esperó la respuesta de sus compañeros tras su primer momento reflexivo.
«Yo creo que es bueno parar…voy a parar para colocar todo en su sitio. Aunque luego al final, todo vuelve y se nos olvida rápidamente las cosas. Cuando pasan cosas como esta es cuando nos damos cuenta de que la vida es otra cosa y que no es la tele» reflexionaba una Gema López serena ante un poco convencido Jorge Javier que le contestaba.
«Pero, Gema, no estamos hablando de la televisión, estamos hablando de nuestro trabajo» respondía el presentador convencido de su alegato, pero Gema López contestaba en su habitual espíritu de la concreción: «Pero es un trabajo en el que te dejas la vida».
Llegaba el turno de María Patiño que daba la razón a su amiga: «Es un estilo de vida…yo creo que la clave está en poder parar el tiempo que él necesite oportuno y tener terapia…Yo he vivido una situación similar. Yo tampoco hice el duelo con mis padres, porque pensé que estar delante de las cámaras era para mí sanador».
Finalmente, el presentador ponía fin a las reflexiones de sus compañeros de plató para disculparse ante la extraña situación que atraviesa el programa.
«A veces pienso que la audiencia tiene que estar cansada de que nos escuche decir ‘Queremos dejarlo’ y yo entiendo que dirán desde su casa, ‘Pues oye, déjalo’. He sido el primero que me he querido ir ochocientas mil veces, pero…yo creo que en esta profesión, cuando estás bien anímicamente, te parece fácil hacerlo, y cuando estás de bajón, echas la culpa a tu profesión y realmente no la tiene. Ves como que la única válvula de escape es marcharte aunque no se sabe bien a dónde».
El presentador se sinceraba como nunca: «Como nuestro trabajo es de cara al público quieres hacerlo con el mejor ánimo, el mejor humor…pero cuando te sientes hecho una mierda, pues dices, a lo mejor honestamente, no es lo mejor estar…en otros trabajos lo puedes enmascarar».
Finalmente, el presentador se hacía cargo de la situación: «Me siento obligado a pedir perdón porque deben estar ustedes hasta la peineta de que nos queramos ir».
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