«Creo que os estáis pasando… Esta empresa se os queda grande», aseguraba nuestro compañero ante la sorpresa de una atrevida. No es de extrañar que se quede a cuadros, sobre todo porque no tiene nada que ver.
De hecho, las acusaciones no van directamente a ella, sino a la «lagarta» de su cuñada que ha provocado todo este caos en los precios. La pobre mujer, que ni siquiera conoce a ninguna Teresa, es tan buena persona que va a darle la razón sin saber nada del asunto.
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