Humor •
Entre llamada y llamada, Isidro, aka técnico de calderas, se topa con muchas dificultades para conseguir hacer su trabajo. En una de ellas, y argumentando que hay un problema en el motor, el interlocutor pierde los nervios al no entender nada: «que no me llamo Antonio, que me llamo Juan Carlos y mi caldera está bien».
Otra víctima de nuestro técnico termina también perdiendo los papeles. «Que hacemos con la caldera, que me ha dicho tu cuñada Marisa que te llame… ¡Yo no tengo ninguna cuñada que se llame Marisa!».
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