Al parecer, la elección de un color ha conseguido que una cliente acabe con el pelo quemado. Un problema más a los que afronta el humorista, teniendo que revisar en todo momento el trabajo de sus dos aprendices.
La mujer al otro lado del teléfono ya no sabía cómo explicar que ella no tiene nada que ver; por eso, va a optar por seguirle el juego y bromear con los hermanos que tiene y la comida que va a preparar para hoy.
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