«Nunca te arrepientas de ningún día de tu vida», es como empiezan los versos de este poema en el que prima el buen rollo y el optimismo. Porque los «intentos» te mantienen «fuerte«, las «caídas» te hacen «humilde» y los «malos días» te aportan mucha «experiencia»… Aunque al final «solo dios te mantiene caminando».
Ese toque religioso final nos deja a cuadros y nos hace recordar irremediablemente al Padre Montalvo. El humorista, lejos de analizar lo que acababa de recitar, vuelve a abrir el melón de las infidelidades y se hace la gran pregunta: Si tu pareja te es infiel, ¿preferirías saberlo?