En busca de la famosa Carmen, va a dar primero con una pobre mujer que se queda alucinada con la llamada. «¿Qué quiere, señor? ¿Darme el día hoy?», se quejaba al cabo de unos minutos y viendo que el humorista no cedía en su empeño.
Con el segundo caso, mismo problema: Ni es amiga de Goyita ni es la mujer del concejal. Tampoco le importará demasiado a un Isidro Montalvo que ya se atreve a amenazar a los clientes de su carnicería: «Si no lo quieres, me lo dices y lo compras en otro sitio».