Isidro Montalvo casi se queda sin aire con esta nueva poesía que supone una continuación al relato con el que ya nos cautivaba hace unos días:
«Que no se me vaya en tiempo», pedía nuestro compañero que dejaba alguna que otra duda conforme relataba los versos llenos de amor y pasión. Cuervos que según Saray Esteso no vienen a cuento, así como algún que otro «extrañas» o «entrañas» que no terminamos de descifrar.
En lo que sí estaremos de acuerdo es en la fogosidad de esta historia que pide el choque entre bocas, un corazón que «agrande» al suyo o «bañar su saliva en el paladar».
El pobre Isidro Montalvo, dentro del papel del autor de esta poesía, aseguraba quedarse con una sed y pedía a gritos -o a susurros- que su amada se la quitara. ¡Nos ha puesto los pelos de punta su interpretación!
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