Isidro Montalvo realiza una broma por encargo a una mujer acusándola de haber robado unas toallas de un hotel en el que ha estado recientemente. ¿Cómo reaccionará?
Montalvo comienza la llamada presentándose: «… Buenos días, soy el director del hotel. Quisiera saber cuál ha sido la atención recibida por nuestra parte», comenta en un intento de encuesta de satisfacción. La mujer, muy educada responde positivamente: «… ha estado todo estupendo», indica.
Isidro prosigue con su cuestionario: «… ¿la habitación le ha gustado? ¿El aire acondicionado estaba bien?». «Si, todo perfecto…», responde la interlocutora de la broma. La conversación continúa por derroteros distendidos. «¿Tienen ustedes pensamiento de volver al hotel?», pregunta Isidro. «Pues si…», responde la mujer.
Y ahora que la cosa va tranquila, Montalvo saca la artillería… «Mire… después de que hayan estado ustedes en el hotel faltan unas toallas», comenta nuestro bromista atrevido. «¿Unas toallas…?», responde confundida la mujer.
«Efectivamente, se ha realizado un parte en el que nos indican que faltaban unas toallas… ¿Ustedes no han quitado ninguna toalla del hotel?», pregunta Montalvo. La mujer, muy misteriosa, responde negativamente: «No-no…».
Isidro va a por todas: «… los controles de seguridad del hotel están vigilados por cámaras y hemos visto cómo se guardaban las toallas», sentencia rotundamente. «¿Seguro que éramos nosotros?», pregunta la mujer que no da crédito a la acusación.
«Puede usted pasarse por aqui y ver las imágenes», amenaza Montalvo para seguir indicando que «… no me importa pero no me engañe usted diciendo que no sabe nada de las toallas», reta a la mujer.
Perpleja responde sobre las medidas de seguridad… «¿Las habitaciones están controladas por cámaras? Tendría usted mas delito por poner las cámaras en las habitaciones», amenaza en defensa.
«¿Quiere usted que nos veamos en un juicio?», indica Montalvo continuando con sus comentarios divertidos «… si, si… y he visto el culo de su marido que lo tiene feísimo y lleno de granos», comenta para proseguir, «… y usted le dice: guarda las toallas que nos vienen bien»
En este punto la mujer está enfadada, pero suelta alguna risotada medio silenciosa. «Le voy a pasar un momentito con recepción… y dígale a su marido que hay tratamientos para los granos en el culo», finaliza Isidro justo de revelar que todo es una broma. «Carajo, es que eres terrible!», responde divertida la mujer.
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