Nuestro compañero tiene claro que hay una contribución que no se ha pagado y va a querer aclararlo con una oyente. La pobre no era ni Marisol ni conocía a Antonio o Toñi, y no va a parar de preguntarle a quién pretende llamar.
Mientras ella repetía lo mismo, Isidro hacía lo propio gritando «¡Que tenéis que pagar!». Y así un buen rato hasta que la atrevida decide colgar la llamada.
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Como decíamos al principio, el humorista siempre ha dejado claro que no se rinde fácilmente. De esta manera, volverá a llamarla para repetir el mismo proceso y acusarla de haber ido al Bingo. ¡La pobre ya no sabía qué hacer!