Días de trayecto y enormes desplazamientos a bordo de un ferrocarril. La nostalgia de Isidro Montalvo nos llevará a hablar sobre el tren, ¡escucha!
Titulado como «El tren de la vida», nuestro compañero va a sorprendernos con una poesía que emula este trayecto al de la vida misma, con personas que suben y bajan y túneles de oscuridad que cambian por completo nuestro día a día.
«Tienes que subir para que te lleve al destino que quieres o que te dejan elegir», contaban estos versos que mencionan las numerosas paradas que te tocará atravesar entre medias.
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Y en ese camino, un sinfín de experiencias: amores, desamores, amigos, compañeros… En definitiva, un tren al que pedimos, tal y como hace Isidro, que nos deje «soñar» y nos aporte «vida» al bajar de él.