Al hilo de una anécdota en una discoteca de Madrid, Isidro Montalvo recuerda cómo pudo devolver su bastón a Antonio Gala, que unos minutos antes lo había olvidado. ¡Escucha el poema!
«Condena» es el título de esta obra del cultísimo Gala, dramaturgo, novelista, guionista y articulista prolífico. Un artista que a sus 90 años sigue dando mucho que hablar.
Muchos no los sabrán, pero su nombre de pila es algo curioso: Antonio Ángel Custodio Sergio Alejandro María de los Dolores Reina de los Mártires de la Santísima Trinidad y de Todos los Santos. Ahí es nada…
Isidro declama el poema con genuina pasión, dejando clara la admiración que siente por el artista, que entre otras cualidades, también se ha dedicado con modestia a la pintura.
«Condena» es una pequeña joya que por su maestría reproducimos a continuación.
A trabajos forzados me condena
mi corazón, del que te di la llave.
No quiero yo tormento que se acabe,
y de acero reclamo mi cadena.
Ni concibe mi mente mayor pena
que libertad sin beso que la trabe,
ni castigo concibe menos grave
que una celda de amor contigo llena.
No creo en más infierno que tu ausencia.
Paraíso sin ti, yo lo rechazo.
Que ningún juez declare mi inocencia,
porque, en este proceso a largo plazo
buscaré solamente la sentencia
a cadena perpetua de tu abrazo.
Antonio Gala es un autor de un enorme éxito en cualquiera de géneros que ha trabajado: teatro, artículos, novela, lírica… Su estilo es abundante en recursos líricos y muy elaborado en la parte formal, aunque cuenta también, como no podría ser de otra manera, con algunos detractores por sus críticas a personajes de la actualidad o históricos.
Desde aquí damos las gracias al magistral Antonio Gala por todo su legado.
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