Isidro Montalvo nos da una gran lección en su sección, quitándole todas las connotaciones negativas a la existencia de verrugas en la piel:
Todo un discurso a favor de ellos el que ha lanzado nuestro compañero, iniciado por una curiosa poesía erótica y rematado por un «Viva la verruga».
Un poema que dice así: «En la cama desnudos acaricias mi pierna izquierda…», recitaba un Isidro que, conforme avanzan los versos, va adelantando el «asco» que va a sentir la mujer al tocar ese bulto en la rodilla de su chico.
Un momento desagradable que muy probablemente echará de menos, si es que le deja por este motivo. Así lo piensa el autor de esta poesía: «Tus manos recorrerán las manos del otro (…) Y vivirás el vacío de no sentir el asco», expresaba.
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