Primero, hemos escuchado a una encantadora mujer que daba todo tipo de detalles e incluso se prestaba a las indicaciones del humorista para la revisión habitual. Sin embargo, Isidro no le perdona que le haya cogido el teléfono a la cuarta y no a la tercera como pedía.
Con la segunda llamada, vemos que la tensión irá en aumento con los departamentos que no se ponen de acuerdo y una pobre atrevida que no sabía ya cómo decir que ella no se ha quejado a nadie. Para colmo, tiene que escuchar cómo desde la compañía la llaman «embustera«.
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