Isidro Montalvo centra su ira y su inspiración en los tacaños

Rodrigo Díaz

Desde primera hora de la mañana, Isidro Montalvo anunciaba el cabreo que tenía encima con todos aquellos que nunca se prestan a invitar:

 

 

 

Para todos ellos y ellas, el humorista les va a dedicar una poesía breve y cargada de rencor. Era lógico que, yendo dirigido a los tacaños, el número de versos respetase el número de veces que estos invitan.

«Sin más pretensión que un bostezo para contarte», era parte de esa introducción sobre la historia que lanzaba metáforas sobre la gente aficionada a «escaquearse«.

Y para rematarlo, Isidro también se ha acordado de todos aquellos que siempre utilizaban la excusa de «tengo que sacar dinero…» para no acabar pagando nunca. Flaco favor les ha hecho el bizum y el pago con tarjeta.

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