Nada más coger el teléfono, este hombre alucina con los humos de nuestro compañero, visiblemente molesto con la calidad del embutido. «Estoy quemado, todos los años pasa lo mismo», protesta Isidro a un atrevido que se ríe al ver cómo le llaman Gonzalo.
Con la segunda llamada, el jamón se ha quedado en un segundo plano para hablar de la soltería que vive este hombre. Una conversación de lo más hilarante a la hora de analizar por qué este chico no encuentra el amor.
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