La primera de estas plantas es lavanda, es sencilla de cultivar, necesita muy poca agua y tiene efectos calmantes y relajantes por lo que es ideal para problemas de ansiedad, depresión e insomnio.
La menta es otra de ellas, te servirá para recetas de cocina, infusiones e incluso darle un punto de frescor al chocolate. Se cultiva fácilmente en un rincón soleado con cierta sombra y necesita bastante agua. Es muy resistente y si la cultivas en maceta evitarás que invada todo el suelo.
El tomillo es otra de estas plantas que darán buen olor a tu hogar, además es ideal para tratar problemas digestivos, catarros y alergias y se puede cultivar en macetas o jardineras al igual que la manzanilla, cuyas pequeñas margaritas si las secas pueden servirte para preparar infusiones relajantes. También sirve para problemas de estómago y para bajar la fiebre. Necesita luz natural pero no sol directo.
Por último, la Camellia Sinensis es el arbusto perenne del que se obtiene el té. Para plantarla debes dejar sus semillas en remojo 24 horas antes de preparar los semilleros y tarda entre uno y tres meses en germinar. Es muy resistente al frío y por eso se puede cultivar fuera en maceteros o directamente en el suelo.
Además algunas plantas medicinales aumentan el riego sanguíneo en el cerebro y favorecen así las conexiones neuronales. Pero no es conveniente mezclarlas con excitantes cómo el café y sobre todo consultar con el médico si hay insuficiencia cerebral y cardiopatías.
La más conocida seguramente sea el ginkgo, muy indicado en personas mayores para combatir la insuficiencia cerebral y favorecer la concentración y la memoria, además de evitar la desorientación y las lagunas mentales. Es neuroprotector, diurético, vasodilatador y protege los capilares y se puede tomar en cápsulas, en gotas, en comprimidos o en infusión.