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Hijos de alta demanda: cómo educarlos durante las distintas etapas de crecimiento
Los
hijos de alta demanda
requieren de atención constante y pueden resultar muy agotadores. De hecho, es esencial tratarlos del modo adecuado para que no acaben desarrollando
dependencia emocional.
13 características de los hijos de alta demanda
- Siempre quieren estar al lado del adulto y mantener un contacto físico constante con él.
- Son hiperactivos, tanto desde el punto de vista físico como intelectual.
- Derrochan energía e intensidad en todo tipo de actividades.
- Se muestran muy exigentes (jamás aceptan un “no” por respuesta) y están permanentemente insatisfechos.
- No son capaces de autocontrolarse, de modo que no pueden regular sus emociones por sí mismos. Tampoco saben entretenerse ellos solos.
- Aunque son extremadamente curiosos, les resulta difícil afrontar nuevos retos.
- Presentan hipersensibilidad frente a los ruidos y estimulación externa.
- Tienen un carácter terco e imprevisible y suelen armar rabietas.
- Son propensos a sentir estrés infantil, ansiedad y miedo. Les cuesta conciliar el sueño.
- Muestran alta dependencia de los adultos y requieren su constante aprobación.
- De bebés, insisten en mamar continuamente y lloran de forma particularmente fuerte.
- No soportan separarse del adulto, siquiera sea por un breve espacio de tiempo.
- Aunque se muestran emocionalmente inmaduros, suelen tener altas capacidades intelectuales.
¿Cómo gestionar las emociones de estos niños mientras crecen?
No trates de cambiarlo
No intentes modificar su personalidad y tampoco lo compares con nadie. Lo primero consumirá por completo tus energías y lo segundo mermará la autoestima de tu hijo. Tampoco es buena idea tratarlo de modo negativo o agresivo, ya que solo lograrás hacer que se muestre más rebelde. Lo más efectivo es ofrecerle refuerzos positivos cuando se muestre calmado y de buen humor.
Ofrécele tu apoyo
Lo mejor que puedes hacer por un niño o niña con alta demanda es dedicarle suficiente tiempo para que se tranquilice. Esto no significa que atiendas todas sus demandas, sino que aproveches para dialogar con él e invitarle a que enfoque sus energías hacia otros objetivos (deportes, manualidades, amigos…).
Es importante adoptar una actitud tranquila y amorosa, pero sin perder la firmeza en el caso de que el niño entre en “modo rabieta”. Si te encuentras exhausta, siempre puedes solicitar la ayuda de un familiar, cuidador o terapeuta.
Fortalece su autonomía
Con los niños de alta demanda resulta muy efectivo establecer límites claros y consensuados, y es muy recomendable predicar con el ejemplo. Además, es buena idea ir atribuyéndoles pequeñas responsabilidades, que irán aumentando progresivamente conforme vaya madurando.
Una vez más, conviene armarse de paciencia y adoptar una mentalidad positiva. Recuerda que estos niños son especialmente sensibles y que debes proporcionarles todo el apoyo emocional que requieren para que puedan afrontar los nuevos retos con mayor seguridad.
Desde luego, educar a un niño o niña de alta demanda constituye
un gran reto. Sin embargo, merece la pena afrontar esta tarea con determinación para lograr que nuestros hijos se conviertan en adultos independientes y felices.