Hiba Abouk narra la experiencia más desagradable de su vida
"Han sido los peores cinco minutos de mi vida" contaba la actriz en sus redes sociales
Una serie de acontecimientos hizo que la actriz dijera que fueron «los peores cinco minutos de mi vida».
Como explicó en una publicación en su perfil, hasta la entrada al avión empezó con mal pie: «Ataviada tan solo de una maleta de mano, nada más montar en el avión les pedí a los azafatos que si me podían ayudar a colocarla en el maletero superior y me respondieron que no, que ellos no están asegurados y si les pasa cualquier cosa no tendrían indemnización».
El transcurso del vuelo de Hiba Abouk
Una vez sentada en el avión, dijeron por megafonía que «por problemas técnicos despegaríamos más tarde». Una hora más tarde, despegaron de París.
Pero las incidencias en el viaje siguieron. «A la hora nos anuncian que es inminente que hagan un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Burdeos. Lo anunciaron de repente mientras volábamos, sin dar ni una sola explicación y súbitamente el avión empezó a descender de manera violenta», relata.
La angustia se apoderó entonces de Abouk, que embarazada de su segundo hijo, no podía dejar de pensar en su familia «y en que había una posibilidad de no volverles a ver».
La actriz recordó que «estando embarazada (y encima habiendo pagado una plaza en business) no me ofrecieron ni un vaso de agua en ningún momento del vuelo. Ni durante la hora que estuvimos sentados esperando a despegar, ni nada. Eso me hizo sospechar que algo raro estaba pasando en el avión, lo que no entiendo es que se arriesgaran a despegar».
Tras la angustia vivida en el viaje, Abouk escribía que lo primero que hizo al aterrizar «fue ir al baño, cerrar la puerta y llorar para soltar de alguna manera todo el miedo y la tensión que había tenido en el cuerpo. Un cuerpo que ahora mismo tiene dos corazones y que hay que cuidar más que nunca».
Finalmente, cuando llegó a Madrid aseguró que «Acabo de aterrizar en Madrid, sana y salva y voy corriendo sin pasar siquiera por casa a cumplir con mi compromiso profesional. Aunque realmente lo que más me apetecía era volverme a París para darle un abrazo infinito a mi hijo y mi marido».
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