Este lazo puede llevar a compartir muchos momentos de la vida cotidiana, como puede ser el descanso.
De esta afirmación surge la duda de que si es saludable o perjudicial que tu perro o tu gato duerman en la cama con tus hijos. Te dejamos las razones.
Algunos expertos confirman que si tu perro o gato comparte cama con su dueño pueden surgir muy buenas sensaciones: cariño, mayor seguridad al dormir, estabilidad emocional y ganar responsabilidad en su cuidado.
Pero, para que este hecho sea favorable, se debe cuidar la higiene y la salud del animal. Podrá compartir cama si no tiene enfermedades transmisibles contagiosas como pueden ser las pulgas, las garrapatas o la sarna. Además, las enfermedades infecciosas pueden ser otro foco.
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Además, a la hora de compartir cama es importante el temperamento y la estabilidad emocional que tenga nuestra mascota.
Es decir, pueden ponerse nerviosos y no entender lo que quiere decir este bonito gesto familiar, transformando su confusión en mordiscos, ladridos y arañazos.
Además, las condiciones de salud de las personas son uno de los condicionantes a la hora de valorar si es buena idea dormir con el perro o el gato. Las alergias pueden ocasionar ronchas y episodios de broncoespasmos, por lo que sería mejor evitar el momento de descanso junto tu mascota.