Menos mal que historias como estas son una excepción dentro de los pedidos a domicilio, un servicio cada vez más reclamado con la llegada del confinamiento y de la pandemia:
Oliver McManus pidió un menú y como «extra» se encontró con una botella de refresco con un sospechoso líquido en su interior. Aunque se veía a primera vista lo que era, el joven británico confirmó que se trataba de orina al abrirla y olerla.
Sus quejas en redes sociales tuvieron una reacción inmediata de la empresa, admitiendo que no tenían palabras para expresar las disculpas y la vergüenza que sentían por aquel error. Se lo hicieron saber por privado y también a través de un comunicado público.
Junto a los memes y bromas sobre lo ocurrido, también se descubrió que había sido un terrible despiste del repartidor. Según informaron, no podía aguantarse más las ganas y se vio obligado a miccionar en una botella vacía. Al hacer la entrega, no se dio cuenta de que había cogido la «bebida» equivocada.
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