Ignífugo es todo aquello inflamable que no permite que las llamas se propaguen. Gonzalo Hermida ha conseguido que lo único que se propague sea su música. Ignífugo pone nombre a su nuevo álbum, pone nombre a once historias llenas de verdad y sentimiento.
El artista no puede estar más emocionado con lo que ha creado, y no nos extraña. Ya conocíamos algunos de estos temas, pero la ilusión por recapitularlos bajo un mismo concepto seguía presente.
Su voz destaca por encima de cualquier otra cosa, acompañado de una leve melodía cuenta la historia del amor propio. «Yo me quiero a mi primero». Porque no hay nada más importante que decir: «nunca me traicionaré». A veces se lanzan mensajes para otras personas, pero se nos olvida que nosotros somos los primeros.
Las palabras sobran con este tema. El amor puro que se transmite nos evade de todo lo que hay a nuestro alrededor. Una promesa de lo más romántica y delicada es la que se crea en esta canción. ¡Qué pareja más bonita!
Una canción de lo que es convivir con esa persona, y a pesar de estar en la habitación de al lado, echar de menos sus besos. Las discusiones surgen y da pena ver como, separados por una simple pared, la distancia parece infinita.
Una canción que destaca por su sinceridad y la gran faceta del compositor. Una balada romántica que nos deja con la piel de ganilla y que nos permite disfrutar de unos segundos del silencio acompañado de la música, que cobra su necesario protagonismo.
«Que pena que solo seamos nombres en la agenda después de todo lo que fuimos». Una canción con la que, una vez más, consigue hacernos sentir. Y que a veces no salen las cosas como queremos, la distancia puede poner fin al contacto, pero qué pena que después de todo lo vivido las personas se conviertan en completos desconocidos.
Cuando el amor está dentro de nosotros, las palabras salen solas. El truco perfecto es sentirlo y dejarse llevar hasta que donde lleve. ¿Cómo se puede tener un corazón tan bonito? Componer tantas canciones de amor, con tanta sensibilidad no es fácil, y el de Esmeralda lo ha conseguido con creces.
Porque todos somos imborrables en la vida de alguien. Y todos tenemos una persona en especial para la que queremos ser imborrables. Sincero y directo, si el amor se va el recuerdo hace el resto.
