La palabra gomasio procede del japonés goma (sésamo) y sio (sal). Se trata, por tanto, de un condimento salado
Está elaborado con semillas de sésamo y sal marina. Su sabor es parecido al de la nuez y es una buena alternativa a la sal en ensaladas, cremas, pescados y verduras.
Al igual que el sésamo, el gomasio es rico en vitaminas, ácidos grasos esenciales y minerales. Además aporta vitamina E, un antioxidante que previene del envejecimiento celular a la vez que mejora el funcionamiento del sistema nervioso y cardiovascular.
Contiene fitoesteroles, que reducen los niveles sanguíneos de colesterol además de mejorar la respuesta del sistema inmunitario.
Nos aporta también vitamina B, muy vinculada a muchas funciones endocrinas.
El gomasio aporta grasa de la buena, es muy rico en ácidos grasos esenciales, concretamente en ácido linoleico (Omega 6) que nos ayuda a controlar el nivel de colesterol y en alfa-linolénico (Omega 3), que contribuye a un mejor funcionamiento del corazón.
Además de funcionar en la prevención de enfermedades inflamatorias, como artritis o colitis y mejorar la piel aumentando su elasticidad y reduciendo así las arrugas.
Aporta hierro, cinc y cobre y su aporte en calcio es superior (975 mg de Calcio por cada 100 gramos) al de la leche de vaca (120 mg por litro de leche).
Además de comprarlo en muchos supermercados tienes la opción de hacerlo tú mismo en casa.
Necesitarás semillas de sésamo y sal marina. La proporción es quince partes de semillas de sésamo por media cucharada de sal marina.
Pon en el fuego una sartén sin aceite a temperatura baja, tuesta las semillas de sésamo y cuando estén tostadas machácalas en el mortero para que absorban mejor los nutrientes, no hace falta que las machaques del todo.
Calienta un poco de sal marina en la sartén y mézclala con las semillas de sésamo.
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