Al hacer un mayor esfuerzo sentimos síntomas como fatiga, somnolencia, desmotivación, sudoración, insomnio, dolor de cabeza, aumento del ritmo cardíaco e incluso sensación de desmayo.
Además, cuando las temperaturas son tan elevadas nos deshidratamos más fácilmente y perdemos minerales.
Si haces algunos pequeños cambios en tu estilo de vida puedes mejorar o incluso hacer que desaparezcan todos estos síntomas.
Lo primero es beber agua, si te hidratas le darás a tu cuerpo una buena herramienta para luchar con esas temperaturas tan altas.
– Bebe un mínimo de un litro y medio de agua al día de manera regular.
– La alimentación es muy importante también. Incluye en tu dieta alimentos ricos en agua como la fruta y la verdura, y también aquellos que te aportan un extra de energía como frutos secos y legumbres.
– Deja atrás la vida sedentaria, hacer deporte regularmente nos permite estar más activos y tener energía durante todo el día, aunque te parezca que te vas a cansar más. Eso sí, evita las horas de más calor y no realices grandes esfuerzos.
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