Vuelta a la rutina, los madrugones, la oficina, los atascos… y vuelta de Eva y Qué a las ondas! La jienense orgullosa ha pasado un verano de lujo, excepto por un experiencia terrorífica en un hotel. ¿Te ha pasado alguna vez algo parecido?
«Buenos días a todo el mundo menos a los que llaman hotel a la casa del terror. A esos… ¡no!», comenzaba su monólogo Eva que relataba con detalles una experiencia terrorífica en un hotelito en la costa.
Nuestra atrevida estuve en un hotel de tres estrellas, pero confiesa que «si tenía una era porque te pedías una Estrella de Galicia». Para empezar, el aire acondicionado era un ventilador con mando a distancia… Algo que habitualmente no vemos en los hoteles, o al menos en los hoteles medio decentes y preparados para el veraneo.
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La tele era de esas antiguas de culo. Pero con un culo que «… yo cuando la ví, dije: ¡ese culo es operado! Que me dice el encargado: pues es una Philips. Y digo sí, pero una Philip Kardashian» Al parecer, el aparato tenía solo dos canales. «Imagínate si era antigua que la puse y estaban echando Sorpresa, Sorpresa», confiesa la humorista.
Según el relato de la cómica, las colchas parecían las del niño del Sexto Sentido y al echarlasmos para atrás, debajo de la almohada, encontraron un camisón… ¡Horror!
Tras un primer cambio de habitación, al abrir la cama se encontró con las sábanas manchadas de sangre. Tras el ofrecimiento del encargado de buscar una tercera habitación, Eva se temía lo peor: «… ¡¡en la siguiente está el cadáver!!»
Y es que eso no era un hotel… Era un scape-room del terror. «Mira si daba miedo, que cuando bajamos a recepción estaban las niñas del resplandor pidiendo una hoja de reclamaciones».
Así que atrevidas y atrevidos, cuando vuestra madre os diga eso de : “… ¿tú qué te crees que esta casa es un hotel?”. Dile: «No, mamá. ¡Esto es un Resort!»
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