Eso sí, no todos los cereales son recomendables para una dieta sana. Los hay con demasiada azúcar, otros con trazas de ingredientes que no son adecuados para personas con gluten o alergia a los frutos secos. Debes mirar bien antes de echarlos a tu carro de la compra.
El azúcar añadido es uno de los principales problemas del consumo de cereales de desayuno.
Podemos decir que un cereal es rico en azúcares cuando contiene más de cinco gramos de azúcares por cien gramos de producto. Por lo que es recomendable tomar un producto con valores inferiores a estos.
Lo primero que tenemos que mirar es el listado de ingredientes (estos aparecen por orden descendente siempre, de mayor a menor cantidad de producto). Lo mejor sería que los cereales que vamos a consumir fueran de grano completo o integrales.
No es recomendable que en las primeras posiciones de la lista de ingredientes aparezca el azúcar, ya que eso indica que tiene un aporte muy elevado de azúcares añadidos.
La buena noticia es que también hay cereales saludables, entre ellos están los copos de espelta, cebada, avena, amaranto, quinoa, etc. al natural o también hinchados. Eso sí, es importante revisar las etiquetas aunque los compres en herbolarios o sean ecológicos.
Los cereales contienen vitaminas y minerales, aportan vitalidad, contienen fibra, que provoca una mayor saciedad y evita que tengamos hambre entre horas además de mejorar el tránsito intestinal.
Otra aportación importante de la fibra es que interviene en el metabolismo de las grasas y azúcares haciendo que no se absorban algunas moléculas grasas cómo el colesterol y que los azúcares se absorban más lentamente.