Estos animales no disponen de fuerza mental ni voluntad para vagar por sus recuerdos o profundizar acerca de ideas que no las estén viviendo en ese momento, aunque sea hechos, cuestiones o personas con las que haya interactuado en instantes circunstancias.
La clave esencial para entender cómo funciona la memoria y la mente de los perros consiste en hablar del conductismo. Esta corriente psicológica explica que las conductas con base de refuerzos positivos y negativos a largo plazo. Lo que en otras palabras se conoce como premios o castigos.
Por ejemplo, al darle una chuche a tu canino cuando se porta bien, estamos usando el conductismo para que aprenda. Cuando le hablamos en un tono más firme al portarse mal también aplicamos la conducta.
Los perros no se caracterizan por recordar hechos a corto plazo, pero tienen una memoria prodigiosa. Se ha comprobado que estos animales son capaces de reaccionar de manera positiva cuando se reencuentran con otros animales con los que han compartido momento, y además, también muestran gran ilusión cuando se encuentran con antiguos dueños.
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La memoria de las mascotas no perdona y tu perro te recordaría largo tiempo después de dejar de convivir con él. Aunque pasen los años, el perro seguirá alegrándose al verte y permanecerás en su mente siempre, pero, ¿lo haría voluntariamente?
El animal recuerda a las personas por asociación, normalmente sensorial. No utiliza su tiempo mental ni define ninguna estrategia al recordar momentos pasados con haría el ser humano.
Por ejemplo, si desayunas todas las mañanas yogur con fruta, tu perro olisqueará y caminará a tu alrededor. Si algún día te separas del animal y él vive otras experiencias relacionadas con el yogur o la fruta con otra persona, tu imagen vendrá a su mente.